“Procura que tu hijo
nazca sólo hasta el 31 de marzo”
“POR UN DÍA, POR UNAS HORAS, MI HIJO NO PUEDE IR A LA
ESCUELA”
Lic.
Fidel HILARIO HUAMANÍ*
En los
últimos días, la polémica y el reclamo de la “edad adecuada” para acceder a la
educación formal ha provocado iras encendidas en los padres de familia, y hasta
encadenamientos, exigiendo que el sistema acepte a estudiantes con menos edad a
pesar que la normativa del Ministerio de Educación (MINEDU) establece que en inicial,
debe contar con 3 años cumplidos para pertenecer al aula de 3, con 4 años
cumplidos para el aula de 4, y con 5 años cumplidos para el aula de 5. Según la
norma los niños y niñas para matricularse al primer grado deben haber cumplido
6 años hasta el 31 de marzo. Por ejemplo, si un niño cumple 6 años el 20 de
abril deberá ser matriculado en el aula de 5 años.
Pero echemos
una mirada al mundo buscando explicaciones. En Finlandia, donde la calidad de
la educación y el estado de bienestar van de la mano, la escolarización empieza
a los 7 años. Dejan “que los niños sigan siendo niños mientras puedan y que
jueguen el máximo tiempo posible”. En todos los países nórdicos la edad del
inicio escolar es prácticamente la misma y la edad promedio de ingreso a la
universidad es de 18 años.
En China,
hay preescolar, pero la edad para empezar la primaria es de 6 años, con una
duración de 6, es decir, en ese país el escolar termina la primaria con una
edad promedio de 12 años. Ingresan a la universidad con una edad promedio de 18
años.
En Corea
del Sur, que ha logrado ubicar su sistema educativo entre los más eficientes y
con excelentes resultados en las pruebas internacionales, su sistema educativo
consta de seis años de primaria, otros seis de secundaria. La edad promedio de
ingreso a la universidad coreana es de 18 años.
En el
Reino Unido está dividida en tres categorías: educación preescolar de 2 a 5
años, educación primaria de 5 a 11 años y educación secundaria de 11 a 16/18
años. Los que optan por el sendero académico rendirán un examen avanzado a los
18 años, requisito para poder acceder a estudios universitarios.
En
Colombia pareciera que el desarrollo cognitivo de la niñez empezara a más
temprana edad, ya que a la universidad están llegando con 14, 15 y 16 años en
un porcentaje significativo, tal como se advierte en muchas universidades
peruanas. Son pocos los que ingresan con 18 años.

En el
Perú, la obsesión de los padres es que sus hijos/as empiecen el ciclo escolar
básico en la más temprana edad posible. Hay padres de familia que dicen con
mucho orgullo que su hijo terminó la secundaria con 14 ó 15 años. Pero, de
seguro, nunca se han interrogado, cuál es la calidad de su formación, cómo está
su desarrollo emocional, si tiene claro su proyecto de vida. Ya conocemos que
en el Perú, con contadas excepciones, la educación sigue fracasando y hay miles
de estudiantes que tienen que hacer de uno, dos o tres años de academia para
ingresar a la universidad. Es más, el número de “universitarios” que “prueban”
el estudio de una, dos o tres facultades se han incrementado. En muchos de los
casos estos universitarios no llegan a ser ni un buen abogado, ni un buen
profesor ni un buen ingeniero. Es momento de que las autoridades educativas reflexionen
sobre el aspecto de la edad escolar y lo tomen con mucha sensatez.
Es más,
muchos padres de familia se pavonean de que sus hijos/as son diestros en sumas,
restas, lecturas impecables e inacabables memorizaciones y exigen que ya vayan
directo a tercero o cuarto grado de primaria porque su “niño talento” incluso
“sabe” mucho más que los estudiantes de esos grados.
Juan
Doménech en su libro “Elogio de la educación lenta”, identifica el panorama
educativo actual caracterizado por “una educación acelerada, programas
sobrecargados y objetivos pensados para ser alcanzados antes de tiempo”. El pedagogo
resalta que la formación se ha confundido con educar más y más de prisa con la
finalidad aparente de educar mejor. Y en ese empeño, los padres maltratan a sus
niños/as con “vacaciones útiles” como si las vacaciones fueran en sí
“inútiles”. Academias pre universitarias, talleres, cursos de nivelación y
programas de recuperación atiborran la mente de por sí cansada de los niños/as
con las consecuencias que ya hemos esbozado.
Reflexiones
finales:
Aun
tenemos testimonios vivos de que nuestros abuelos, padres, tíos y otros
parientes que, hoy son referentes académicos y de liderazgo político, no han
hecho pre escolar y han ingresado a la primaria a los 7, 8 y hasta 9 años de
edad. Y los maestros de los 60, 70 y hasta 80 atestiguarán que en secundaria
muchos de nuestros buenos profesionales culminaban la secundaria con 18, 19 o
21 años de edad. Toda esa generación, por haber empezado tardíamente su
escolaridad, ¿son íconos del fracaso y la incompetencia?
Nos
resistimos a creer que los países élites en calidad de educación, estén
equivocados cuando reglamentan el inicio de la edad escolar en promedio a los 7
años y cuando el ingreso a la universidad se hace con una edad promedio de 18
años.
Huancavelica
debiera de tener una Escuela Especial para acoger a niños/as talentos o con
superdotación y que previo a una evaluación deberían de impartir una educación
especializada para esos niños talentos que dicen tener los padres de nuestra
región.
El
Ministerio de Educación debe de flexibilizar la fecha tope de nacimiento para
el ingreso a la primaria, no exactamente el 31 de marzo, sino un promedio hasta
el 15 de mayo por ejemplo. De persistir esta decisión, los derechos
reproductivos de los padres y madres estarían siendo vulnerados porque
estaríamos siendo obligados a calendarizar los nacimientos de nuestros hijos/as
si queremos que alcancen a estudiar primaria en la edad adecuada.
Finalmente,
diversos órganos jurisdiccionales del Poder Judicial han dictado hasta seis
sentencias en primera instancia, indicando que el Ministerio de Educación erró
al fijar en forma arbitraria las edades tope para el ingreso al sistema escolar
de niños y niñas de 3, 4 y 5 años, con lo cual están dando la razón a los
padres de familia que matricularon a sus hijos que nacieron después del 31 de
marzo. Los padres de familia presentaron
acciones de amparo ante juzgados civiles y constitucionales de
diferentes distritos judiciales, quienes finalmente dispusieron que los menores
puedan iniciar y/o continuar sus estudios en el nivel que le correspondía.
*Docente y Periodista
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